Padre, perdóname a mí y a mi línea generacional por haber colocado nuestros pecados sobre otros y por ahuyentarlos o hacerlos chivos expiatorios.
Me arrepiento por mí y por mi familia por recibir a sabiendas o no, los pecados de otros o permitir que yo sea el sacrificio o el chivo expiatorio. Perdóname y límpiame de toda cesión o entrega a los demás del pecado por el cual Jesús murió por salvarnos, o por la ofensa de tomar sobre mí mismo y recibir cualquier pecado, desconociendo que Jesús murió por todos.
Confieso que yo ya no estoy dispuesto a ser el sacrificio. Ya no estoy dispuesto a ser el chivo expiatorio. Pido que todos los pecados de los demás que han sido puestos sobre mí ser, sean eliminados.
Rómpelos y deshazlos Señor. No voy a soportarlos. Los rechazo.
Padre, elimina ahora las consecuencias de estos pecados de mí ser y de mi línea generacional. Pido que la cosecha de las consecuencias y todas las maldiciones relacionadas conmigo de ahora en adelante sean rotas, canceladas y anuladas. Te pido que sea rota toda consecuencia en mi línea familiar por todas las generaciones futuras. Te pido que sean removidas de mí y retiradas de mis hijos, basado de tu justicia, la que Tú me has atribuido a través de la sangre de Jesús. Te pido que también se retiren todas las consecuencias de todos mis nietos, mis futuros nietos, y todas las generaciones futuras, de ahora en adelante y por la eternidad.
Padre, ahora mismo en el nombre de Jesús, quita el ser un chivo expiatorio tanto de mí como de mis hijos, y por favor elimina de mi línea generacional todo el mal relacionado con ser usado como sacrificios impíos.
Señor, sustituye estas zonas abandonadas de mi ser con tu Espíritu Santo y con tus bendiciones. Gracias por verter tu Espíritu en mí y en mis descendientes.