Oración por la liberación de las iniquidades de los pueblos conquistadores y conquistados


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Tiempos y circunstancias de la conquista territorial:

Padre, ofrezco esta oración en nombre mío y en nombre de mi línea generacional desde antes del comienzo de los tiempos. Renuncio y me arrepiento por:

  • Tener concubinas y muchas esposas al mismo tiempo; y por cuando éramos las autoridades de un reino, ciudad o tribu, por tener muchas mujeres a nuestro servicio por placer, orgullo, y poder.
  • Por usar a las mujeres como botín de guerra; por haber secuestrado y violado a las concubinas, mujeres, hijas, madres y abuelas de los hombres que derrotamos; por usar a esas mujeres como objetos de nuestro deseo sexual y deseo de poder; por embarazarlas y luego desecharlas (siendo ellas madres de nuestros hijos) como si fueran inferiores a nosotros porque creíamos en la supuesta superioridad de los hombres conquistadores; por abusar de la mujer local o nativa de manera física, sexual, sentimental, económica, social, cultural y espiritual.
  • Por buscar la muerte de los hombres en autoridad y poder para tomar como mercancía a sus mujeres y violarlas y / o compartirlas. Por silenciar a todos los que lo vieron y luego no reconocer a los hijos que tuvimos con ellas.
  • Por no traer ni permitir que nuestras esposas de la tierra de nuestro origen nos acompañaran en viajes de conquista sobre nuevos territorios; por buscar relaciones sexuales y sentimentales con mujeres nativas o locales mientras estabamos lejos de nuestras familias; por formar familias irregulares y paralelas.
  • Por creer en la superioridad de los hombres europeos; por permitir estilos de vida promiscuos sin respeto al pacto matrimonial; por creer y dejar que los hombres disfrutaran de privilegios que las mujeres no tenían, mientras creíamos que los hombres podían hacer lo que quisieran en su familia con respecto a cuestiones emocionales y sexuales.

Intereses políticos y eclesiásticos:

En nombre mío y en nombre de mi línea generacional desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • Adoptar la forma del cristianismo sin apegarnos a sus normas y principios morales; por preservar, defender y afirmar las apariencias, aunque las verdaderas circunstancias mostraran lo opuesto; por ocultar secretos familiares conocidos que no estábamos dispuestos a enfrentar, y mucho menos a sanar; por ser complices en mantener la unidad familiar dando consejos no deseados y participando en acoso sexual; por ocultar información para controlar y manipular, y asi «mantener la paz» en el matrimonio.
  • Por mezclar la fe cristiana con el paganismo; por participar en una fe definida por los rituales, el sincretismo, la idolatría e impregnada de emociones, sin sujeción a la verdad; por absolutos en doctrina pero permisividad en prácticas que alimentaban emociones a la madre imaginaria, ignorando al Padre y sus mandamientos; por traer otro evangelio que estaba incompleto, mezclado, contaminado, distorsionado, oculto, engañoso, pesado, falso, malicioso y oportunista; por un evangelio sin el poder de salvar, sanar y restaurar la orfandad espiritual y natural; por impedir la manifestación de la Paternidad de Dios.
  • Por pretender ser una iglesia impotente cuando era conveniente, sin limitar la conducta sexual de hombres conquistadores en nuevos territorios e ignorar intencionalmente las enseñanzas bíblicas sobre la alianza y el pacto matrimonial.
  • Por no conocer ni mantener el pacto personal entre el creyente y Dios, y en su lugar, elegimos canalizar esa relación a través de sacramentos y rituales administrados por el clero.
  • Por ser y permitir una iglesia con carácter militante; por conquistar a punta de espada; por mezclar todo tipo de intereses mundanos de los líderes religiosos con los de los líderes políticos; por ser cómplices del abuso de los indígenas por parte de los conquistadores; por obligar a la conversión de miles y millones de nativos / indios a recibir las enseñanzas de los españoles, franceses, portugueses, ingleses o estadounidenses como estrategia de poder, control, dominación, negocio, sustentabilidad, crecimiento, vanagloria y seguridad; por no leer ni entender la Biblia, y por seguir tradiciones, mandamientos, decretos y promesas humanas que fueron perpetradas, distorsionadas, cambiadas y / o impuestas por religiones, sacerdotes, obispos, reyes católicos y reyes europeos.

Machismo:

En nombre mío y en nombre de mi línea generacional desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • Sustituir el compromiso responsable de un pacto por la falsedad de un amor romántico; por tratar a los instrumentos del romance y el lenguaje del romance como un juego; por utilizar juegos imaginativos, simbólicos y poéticos para entrar al corazón de las jóvenes; por usar palabras para ganar el favor de concesiones indebidas; por fingir estar sufriendo y perdido en el amor por una mujer, usando un juego romántico para atrapar su corazón; por usar chantaje emocional; por pedir concesiones de reciprocidad a costa de la integridad moral; por perder todo interés en las mujeres al conseguir lo que queríamos con ellas (nuestra hazaña de caza) y tomarlas como presas y víctimas; por seducir y atraer a los menores de edad como presa fácil para satisfacer nuestra lujuria y nuestra falta de autocontrol.
  • Por ser hombres lujuriosos sin respeto a las esposas y sin tener deseo de serles fieles, ya que las mujeres eran consideradas inferiores; por ser esposos infieles, mentirosos y mujeriegos.
  • Por las acciones de esposos o esposas que no respetaron el pacto matrimonial, y a causa de eso, aprendieron a faltar al respeto a otros pactos humanos, ya sean contratos, constituciones o leyes civiles; por ser mal ejemplo a nuestros hijos al violar y no respetar el pacto matrimonial y asi enseñarles que ellos tampoco necesitan cumplir con ningun pacto, promesa, o voto; por no modelar la sumisión mutua en el pacto matrimonial.
  • Por exagerar nuestra valentia para cubrir nuestra inseguridad; por poner nuestra supuesta valentia a prueba al conquistar mujeres y al hacer alarde de una falsa virilidad; por permitir que los hombres se conviertan en adictos al sexo, llevados a la lujuria y la inseguridad; por ignorar la moral y hacer creer que el sexo era la única forma de demostrar que eramos verdaderamente hombres; por confundir la masculinidad con el ser mujeriego; por identificar la sexualidad como la única característica de la virilidad y el amor; por reducir el amor a sexo, ya que eramos incapaces de amar genuinamente con entrega y confianza en nosotros mismos; por no estar dispuestos a arriesgar en el amor; por ser inseguros, y por tratar de evitar la humillación del rechazo y por pretender ser invulnerables; por escondernos bajo una falsa y dañina inescrutabilidad (haciendonos imposibles de comprender ya que nos escondiamos bajo una falsa y dañina complejidad, profundidad, y misterio); por aferrarnos a la desconfianza y al miedo de ser heridos o descubiertos.
  • Por la lujuria y el deseo de ser valorados utilizando métodos de conquista como el halago o el hacer alguna sugerencia o propuesta indirecta o en forma de broma, en una conquista amorosa, en caso de ser rechazado; por intoxicar o drogar a la víctima; por emplear acoso físico y emocional y / o chantaje emocional.
  • Por actuar como padres remotos, maridos exigentes, déspotas, y como líderes violentos y crueles; por gritar, imponer comportamientos amenazantes y mostrar falta de autoridad y falta de dominio propio; por gobernar con arrogancia a través de amenazas o abuso verbal, emocional y físico.
  • Por no ser la cabeza espiritual de nuestros hogares; por negarnos a gobernar nuestras pasiones y servir a nuestras familias, convirtiéndonos así en la cola en lugar de la cabeza de nuestros hogares; por no ejercer nuestro sacerdocio en casa.
  • Por poner a nuestras madres por encima de nuestras esposas, las madres de nuestros hijos, a menudo descuidando, maltratando y aprovechándonos de ellas.
  • Por el machismo masculino que nos llevó a la pérdida de autoridad y a un estado de soledad lejos de nuestra propia familia.

Madres:

En nombre mío y en nombre de mi línea generacional desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • No asumir nuestro papel como co-administradoras del pacto matrimonial para exigir fidelidad, el debido arrepentimiento y la disciplina del esposo infiel, aunque esto allanaría el camino para una restauración moral y espiritual; por decir, “los hombres así son”, de una manera fatalista y sin prestar atención a lo que dice la Biblia; por responder al machismo con una subordinación resignada y servil; por permitir un sistema en el que vivimos en un estado frustrado, triste y abusado, y sólo tolerando a los maridos, verbalizando la obediencia, pero manteniendo la resistencia y el desprecio en nuestros corazones.
  • Por ser madres que enseñaron a nuestras hijas a tolerar la infidelidad de los hombres; por enseñar a las hijas a someterse, incluso a sus hermanos menores, simplemente porque ellos eran varones.
  • Por criar hijas para que atraigan la atención de los hombres; por permitirles estar satisfechas con, o buscar los cumplidos y las mentiras extravagantes de los hombres.
  • Por dar el ejemplo para que los niños crezcan bajo el machismo, permitiéndoles volverse malcriados e irresponsables en casa y haciendo que aprendan a través de nuestro mal comportamiento que tienen derecho a usar y a abusar de sus mujeres.
  • Por adaptarnos y amoldarnos al comportamiento sexual de los hombres para que no nos avergonzaran públicamente; por exigir sólo una apariencia de decoro y decencia en lugar de mantener una visión moral y respetuosa del pacto matrimonial; por aceptar este estándar doble.

Amor y emociones:

En nombre mío y en nombre de mi línea generacional desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • No tomar en serio los sentimientos de nuestras esposas porque nuestro sentimiento pecaminoso de superioridad no nos dejaba verlos; por reemplazar la compasión con lástima, por pensar que nuestras esposas eran inferiores y creer que lloraban porque eran débiles, inmaduras o caprichosas; por despreciar las emociones de nuestras mujeres, considerando las emociones como que eran «cosas de mujeres» y por negar nuestras propias emociones que resultaron en la ira, los celos, y la rabia.
  • Por ser emocionalmente incomprensibles, indiferentes e incapaces de ofrecer amor puro; por confundir la necesidad del compañerismo por debilidad y considerarla más riesgo que amor; por reprimir nuestras emociones normales, creyendo que si las mostrabamos nos volveríamos vulnerables al abuso de los demás; por buscar el poder y desplazar el amor debido a nuestra propia inseguridad; por tratar de ganar el amor a través de la conquista y la imposición.

Matriarcado:

En nombre de mi línea generacional y de mí mismo desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • Perder el respeto a los hombres y quitarles su lugar de autoridad cuando no los vimos gobernar con justicia; por debilitar a los hombres hasta que perdieran su posición de líderes en la familia; por recurrir a la manipulación y la deshonestidad para compensar la dominación masculina; por impedir que nuestros maridos cumplieran con su misión sacerdotal en la familia.
  • Por ser madres emocionalmente necesitadas y criar a nuestros hijos para nuestro propio beneficio; por gobernar emocionalmente a nuestras familias para cumplir nuestros deseos; por utilizar a nuestros hijos como consuelo, apoyo emocional y mejores amigos, evitando así que ellos formasen hogares independientes; por utilizar el papel maternal para influir, comprometer y dominar indebidamente a nuestros hijos y maridos; por dar afecto mezquino a cambio de lealtad exigida, obediencia, sujeción y el sacrificio de la voluntad propia.
  • Por mantener a nuestros niños como bebés toda su vida, infantiles, atados a sus madres e incapaces de afrontar desafíos solos; por no permitir que nuestros hijos asuman responsabilidades en el hogar; por depender de otras personas para que ellos manejaran nuestros problemas y nos brindaran soluciones; por no ser responsables nosotras mismas; por enseñar a nuestras hijas a quitarle la autoridad a sus maridos.
  • Como madres, por controlar a nuestras hijas en sus matrimonios; como hijas, por sacrificar la felicidad de nuestros hogares para complacer y mimar a nuestras madres; por halagar a los que nos miman y despreciar a los que consideramos inferiores.
  • En nuestros hogares, por crear relaciones emocionalmente dañinas que están llenas de manipulación y dependencia; por sembrar conductas y comportamientos de injusticia, impunidad, corrupción, infidelidad, violencia e inestabilidad como producto de nuestro engaño, disimulo, desconfianza e inseguridad.

Poder:

En nombre de mi línea generacional y de mí mismo desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • Competir con nuestras suegras por el amor de nuestros maridos; por querer tener todo el poder en la familia como resultado de nuestra condición de víctima bajo el machismo; por perpetuar el matriarcado; por usar la seducción como arma; por utilizar secretos como instrumento de poder y moneda de chantaje, como la existencia de hijos y medio hermanos fuera del matrimonio, o la degradación y las desventuras sexuales de familiares.
  • Por aprovecharnos y dominar a los demás en su debilidad para alimentar nuestros egos; por desear y buscar la dominación por medio de nuestro carácter fuerte a través del chantaje o la seducción.
  • Por enseñar la superioridad de los hombres sobre las mujeres haciendo mal uso de pasajes bíblicos; por traer miseria y tristeza a nuestros hogares a través del trato desigual de hombres y mujeres.

Gobierno: 

En nombre de mi línea generacional y de mí mismo desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • Crear muchas jerarquías sociales distintas en un intento de imponer el racismo entre extranjeros y nativos; por argumentar la superioridad de unos sobre otros con el fin de eliminar los derechos individuales para así poder legitimar el abuso legal, físico, social, cultural, económico y espiritual.
  • Por permitir que el servicio cívico se reduzca al uso del poder con fines de lucro; por obtener el beneficio ilegítimo de amigos y aliados que vienen de una cultura sin deseos de adherirse a los convenios.
  • Por negarnos a brindar la educación a nuestras mujeres que les permita modelar las experiencias saludables del matrimonio; como familia, sociedad y cultura, por afectar y dañar la dignidad e identidad de las mujeres; por identificarnos con expresiones sociales y culturales que celebran y refuerzan el machismo y como algo aceptable y normal, incluyendo canciones, dichos, cumplidos, bromas, frases y libros; por honrar y exaltar con orgullo a notables hombres y mujeres de letras que perpetraron sus propias historias de amores ilícitos; por producir o disfrutar de música, arte y literatura que apoye el machismo y el matriarcado; por permitir y promover el libertinaje del machismo tal como existe en nuestra cultura; por no apoyar a nuestras mujeres a enfrentar a sus maridos machistas; por aceptar las leyes y creencias del pasado que dicen que la infidelidad por parte del esposo es un castigo justo en contra de su esposa.

Virginidad:

En nombre de mi línea generacional y de mí mismo desde antes del comienzo de los tiempos, renuncio y me arrepiento por:

  • Exagerar y destacar en exceso la virginidad de la mujer como su principal virtud; por castigar a una mujer víctima más que al hombre que abusó de ella en una agresión sexual; por ejercer una discreción indebida o un concepto exagerado / sesgado de la gravedad del pecado sexual, con la consecuencia de hacer que el sexo se considere vergonzoso, insalubre/nocivo, dañino y tabú o tema prohibido; por exaltar a la virgen María como modelo de familia santa, abstinente, y como requisito para el servicio al celibato, marcando con fuerza el sexo como algo sucio, sospechoso y como que es un mal necesario; insistiendo en que la virgen María fue una virgen de por vida, ofreciendo una familia sagrada sin sexo; por contradecir las enseñanzas bíblicas del apóstol Pablo sobre el matrimonio; por la confusión del catolicismo que identifica la abstinencia sexual con la santidad, sugiriendo sutilmente que el sexo descalifica a uno para servir a Dios; por pensar que la virtud era una renuncia al sexo, no considerando ni obedeciendo a Dios y sus mandamientos.
  • Por sacar el sexo de los confines del matrimonio y por promover su placer fuera del matrimonio; por dividir a las mujeres en dos categorías, las casaderas y las demás; por buscar el matrimonio entre mujeres de familias respetables y educadas, pero considerando que el sexo era para disfrutar con las mujeres no casaderas.
  • Por marcar a María como una imagen semidivina, y por usar esa imagen para conquistar las colonias donde las mujeres estaban llenas de culpa por el sexo en circunstancias de abuso; por imponer al mismo tiempo una falsa imagen de una mujer que nunca tuvo sexo, pero que tuvo felicidad; por tratar de hacer creer a las mujeres que pueden ser felices sin tener relaciones sexuales con un marido infiel y lujurioso; por utilizar la falsa imagen de María para someter a las mujeres a comportamientos pasivos hacia la infidelidad de sus maridos; por perpetuar la idea de que las esposas deben ser como la falsa imagen de María, sin necesidad de placer; por promover y respaldar la idea de que tener placer fuera del pacto matrimonial, ya sea en romances secretos o en actos de prostitución, era necesario para mantener el pacto matrimonial; por creer que los niños provienen de relaciones sexuales ilícitas y no pueden provenir de un matrimonio puro y recto.


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Las oraciones de Aslan’s Place se desarrollaron durante los estudios bíblicos, las sesiones de oración y por revelación.

Tenemos fe en que Dios nos lo ha proporcionado y los corroboramos con la Santa Palabra de Dios.

Estas oraciones no son una solución rápida. En cambio, son puntos de partida a medida que ejercitas tu libertad en Cristo. Prepárese para adaptar estas oraciones a medida que usted y aquellos con quienes ora escuchen al Espíritu Santo.