En nombre de toda mi línea generacional y de mí mismo, renuncio y me arrepiento por todos nosotros los que hemos descartado o ignorado los sueños dados por Dios.
Me arrepiento por todos los que han creído o dicho, “Nunca sueño” o “Dios no habla a través de los sueños”; que han desanimado, se han burlado y/o apagaron los sueños de los demás de alguna manera, especialmente los de los niños; que recibieron y creyeron sueños falsos y/o interpretaciones de sueños; convirtiéndose en falsos profetas o maestros basados en sueños.
Ahora mismo, yo rompo con todas las maldiciones que he hecho al respecto de los sueños, y en el nombre de Jesús ordeno a todos los espíritus que bloquean los sueños que se vayan a los pies de Jesús. También le ordeno al temor de soñar y a todo engaño, incluyendo los espíritus religiosos y la falsa profecía, que se vayan a los pies de Jesús.
Señor Jesús, cierra ahora todas las puertas impías que se han abierto contra mis sueños y abre las puertas de la justicia. Te invito a poseer las puertas de mis sueños, entra en ellos, vive en ellos, y habla Tu verdad a mi corazón y a mi mente. Por favor, aumenta mi discernimiento, dame de Tu sabiduría y conocimiento, y enséñeme a entender mis sueños. Tu promesa en Juan 14:26 establece:
Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante — es decir, al Espíritu Santo —, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho.
¿Cumplirías ahora con esa promesa en mi vida con respecto a los sueños, las visiones y las experiencias crepusculares?